Month: July 2016
La convention de Cleveland (de 1864) : Les républicains mécontents nommer un auto-promoteur effronté
(disponible uniquement en anglais et en espagnol)
The Cleveland Convention (of 1864): Discontented Republicans Nominate a Brash Self-Promoter
Things were not going very well for President Abraham Lincoln in the spring of 1864. The Civil War had been dragging on for three years, with no end in sight. The northern populace, already very tired of the war, were horrified by General Grant’s heavy losses in early May in the Battle of the Wilderness and by the prospect of continued such losses in a bloody war of attrition.
In addition, the Republican Party was by no means united behind Lincoln, with the so-called Radical Republicans especially keen on finding an alternative candidate for the 1864 Presidential election. These hardline abolitionists didn’t think Lincoln was moving quickly enough on emancipation, and they thought his plan for post-war reunification with the South was too conciliatory. Lincoln’s overly ambitious Secretary of Treasury Salmon Chase had been the Radical Republicans’ first choice to replace him, but this plan was thwarted in early spring when Chase’s duplicity was exposed.
With Chase out of the way, it soon became clear that Lincoln had enough support to be re-nominated at the Republican convention scheduled for early June in Baltimore (at the convention, the party would be re-named the “National Union Party” due to the inclusion of some of the Democrats who supported the war). With time running out, a splinter group of about four hundred Radical Republicans held an alternate convention on May 31 in order to nominate a different candidate more to their liking. They settled on John C. Frémont, the famed western explorer (the “Pathfinder”), Republican presidential nominee in 1856 (when he was defeated by Democrat James Buchanan), and Civil War general. The new party was dubbed the “Radical Democracy Party”.
When Lincoln was informed of the results of this alternate convention, he picked his Bible up from his desk and began looking for a particular passage, which he soon found. He then read aloud from 1 Samuel 22 – that would be “First Samuel” – the story of David and the company of men which gathered about him in a cave when he was being pursued by King Saul. The passage concludes as follows: “And everyone that was in distress, and everyone that was in debt, and everyone that was discontented, gathered themselves unto him; and he became a captain over them; and there were with him about four hundred men.”
Without saying any more, Lincoln had provided his opinion on the four hundred men who had gathered about Frémont, namely that they were desperate malcontents. Harper’s Weekly seemed to agree, observing that the convention “was the work partly of angry and intriguing, partly of impracticable men.” By the way, this convention of discontented Republicans who wanted to throw out the “establishment” – Lincoln in particular, but also Secretary of State William Seward and others – took place in Cleveland, Ohio.
Their candidate, John C. Frémont, has been described as, among other things: controversial, impetuous, contradictory, and a brash self-promoter. He acquired massive wealth but also experienced spectacular business failures, and was subject to many lawsuits. Prior to joining the new Republican Party, he had been more aligned with the Democrats, having married the daughter of powerful Democratic Senator Thomas Hart Benton of Missouri. Benton and Frémont crusaded together for “Manifest Destiny”, the expansionist movement which might just as easily have been called “America First”.
Oh, and Frémont didn’t like Mexicans, having fought against them in the Mexican-American War. In an infamous incident in California, Kit Carson asked Frémont whether three unarmed Mexicans should be taken prisoner, and Frémont replied, “I have got no room for prisoners.” The subsequent murder of the three men, all members of respected families, was widely publicized during the 1856 Presidential campaign, damaging Frémont’s image. It didn’t help that Frémont had also once been convicted of mutiny, disobedience, and military misconduct for having proclaimed himself military Governor of California (these charges were later commuted to a dishonorable discharge). It perhaps comes as no surprise that years later during the Civil War, General Frémont was accused of acting autocratically and was eventually dismissed by Lincoln for insubordination – among other things, for unilaterally emancipating the slaves in his jurisdiction (this well before Lincoln’s proclamation of emancipation) – and for issues of corruption in acquiring supplies.
For the record, all this is not to say that Frémont didn’t have his good points, nor that a particular more recent nominee doesn’t have his own good points. The items mentioned just seem to be particularly intriguing.
By the way, Frémont abandoned his campaign in September 1864, when Lincoln’s chances suddenly improved following the fall of Atlanta. But true to form, he did so in a manner that gave him revenge on a political enemy, as Lincoln reluctantly agreed to remove Postmaster General Montgomery Blair from office. With Frémont out of the way, Lincoln easily defeated another famous Civil War general, George B. McClellan, to become the first president to be re-elected in more than thirty years.
July 20, 2016
La convención de Cleveland (de 1864): Republicanos descontentos nominan a un descarado autopromotor
Las cosas no le iban muy bien al presidente Abraham Lincoln en la primavera de 1864. La Guerra Civil se había prolongado durante tres años, sin final a la vista. La población del norte, ya muy cansada de la guerra, estaba horrorizada por las fuertes pérdidas del General Grant a principios de mayo en la ‘Batalla de la espesura’ y por la posibilidad de la continuación de tales pérdidas en una sangrienta guerra de desgaste.
Además, el Partido Republicano no apoyaba a Lincoln de manera unánime. Los llamados ‘republicanos radicales’ estaban especialmente interesados en encontrar un candidato alternativo para la elección presidencial de 1864. Estos firmes abolicionistas no creían que Lincoln estuviera actuando lo suficientemente rápido en el tema de la emancipación, y pensaban que su plan de reunificación con el Sur tras la guerra era demasiado conciliador. Salmon Chase, el ambicioso Secretario del Tesoro de Lincoln, había sido la primera opción de los republicanos radicales para reemplazar a Lincoln, pero este plan se vio frustrado a principios de la primavera cuando se expuso la duplicidad de Chase.
Una vez que Chase ya no era una opción, pronto se hizo evidente que Lincoln tenía el apoyo suficiente para ser nominado de nuevo en la convención republicana prevista para principios de junio en Baltimore (en la convención, el partido sería rebautizado el “Partido Nacional Unionista, debido a la inclusión de algunos de los demócratas que apoyaban la guerra). Sin tiempo que perder, una facción disidente de unos cuatrocientos republicanos radicales celebró una convención alternativa el día 31 de mayo con el fin de nominar a otro candidato más a su gusto. Optaron por John C. Frémont, el famoso explorador del occidente de EE.UU. (el “Encuentracaminos”), el candidato presidencial republicano en 1856 (cuando fue derrotado por el demócrata James Buchanan) y un general de la Guerra Civil. El nuevo partido fue apodado el “Partido de la Democracia Radical”.
Cuando le informaron a Lincoln de los resultados de esta convención alternativa, tomó su Biblia del escritorio y empezó a buscar un pasaje en particular, el cual pronto encontró. Entonces leyó en voz alta de 1 Samuel 22 – es decir, “Primero de Samuel” – el relato de David y la compañía de hombres que se unió a él en una cueva cuando lo perseguía el rey Saúl. El pasaje concluye como sigue: “Y todo el que estaba en apuros, y todo el que estaba endeudado y todo el que estaba descontento se unió a él, y él vino a ser jefe sobre ellos; y había con él unos cuatrocientos hombres”.
Sin decir nada más, Lincoln había aportado su opinión de los cuatrocientos hombres quienes se habían unido a Frémont, concretamente que eran unos descontentos desesperados. La revista Harper’s Weekly parecía estar de acuerdo, observando que la convención “era el trabajo en parte de hombres enojados e intrigantes, en parte de hombres impracticables.” Por cierto, esta convención de republicanos descontentos que querían derrocar el “establecimiento” (la clase dirigente) – Lincoln en particular, pero también el Secretario de Estado William Seward y otros – tuvo lugar en Cleveland, Ohio.
Su candidato, John C. Frémont, ha sido descrito como, entre otras cosas: polémico, impetuoso, contradictorio y un descarado autopromotor. Adquirió inmensas riquezas, pero también experimentó espectaculares fracasos de negocios y fue objeto de muchos pleitos. Antes de unirse al nuevo Partido Republicano, había estado más alineado con los demócratas, habiéndose casado con la hija del poderoso senador demócrata Thomas Hart Benton de Missouri. Benton y Frémont lucharon juntos por la doctrina del “Destino manifiesto”, el movimiento expansionista que podría, igual de fácilmente, haberse llamado “América (EE.UU.) primero”.
Ah, y a Frémont no le gustaban los mexicanos, de haber luchado contra ellos en la Guerra méxico-americana. En un incidente infame en California, Kit Carson preguntó a Frémont si tres mexicanos desarmados debían ser tomados presos, y Fremont respondió: “No tengo sitio para presos.” El posterior asesinato de los tres hombres, todos miembros de respetadas familias, fue ampliamente difundido durante la campaña presidencial de 1856, dañando la imagen de Frémont. No fue de mucha ayuda el hecho de que Frémont también hubiera sido condenado una vez por rebelión, desobediencia y mala conducta militar por haberse proclamado a sí mismo gobernador militar de California (estos cargos fueron conmutados posteriormente por una baja deshonrosa). Tal vez no es de extrañar que años más tarde, durante la Guerra Civil, el general Frémont fuera acusado de actuar de manera autocrática y finalmente fuera despedido por Lincoln por insubordinación – entre otras cosas, por emancipar unilateralmente a los esclavos en su jurisdicción (esto mucho antes de la proclamación de emancipación de Lincoln) – y por asuntos de corrupción en la adquisición de suministros.
Que conste que todo esto no quiere decir que Frémont no tuviera sus puntos buenos, ni que cierto candidato más reciente no tenga sus propios puntos buenos. Es simplemente que los puntos mencionados parecen ser particularmente intrigantes.
Por cierto, Fremont abandonó su campaña en septiembre de 1864, cuando las posibilidades de Lincoln mejoraron repentinamente tras la caída de Atlanta. Pero fiel a su costumbre, lo hizo de una manera que le permitió vengarse de un enemigo político, pues Lincoln aceptó a regañadientes despedir al Ministro de Correos, Montgomery Blair. Quitado de en medio a Frémont, Lincoln derrotó con facilidad a otro famoso general de la Guerra Civil, George B. McClellan, para convertirse en el primer presidente en ser reelegido en más de treinta años.
el 20 de julio de 2016