“Tierra de oportunidad”: Lincoln sobre la inmigración

El asunto de la inmigración ha estado recibiendo mucha atención recientemente, tanto en Europa como en América del Norte.  ¡También fue un tema candente en los días de Abraham Lincoln!

Desde muy joven, Lincoln habría sido muy consciente del hecho de que los Estados Unidos era un país de inmigrantes.  Su propia familia descendía de Samuel Lincoln quien emigró de Inglaterra a la Massachusetts Bay Colony en 1637.  También se habría dado cuenta de que las únicas personas que realmente podrían llamarse nativos de la tierra eran los indios, uno de los cuales habían disparado y matado al abuelo de Lincoln – y su tocayo – en la frontera de Kentucky mucho antes de que el joven Abe naciera.

En la época de Lincoln, nuestro joven país estaba creciendo rápidamente – una duplicación de la población cada 25 años o menos – en gran parte debido a la inmigración.  Dado al tamaño cada vez mayor de nuestro territorio y nuestra economía, necesitábamos más y más trabajadores, pero algunos de nuestros ciudadanos estaban preocupados porque muchos de los nuevos inmigrantes eran de Irlanda o Alemania.  Casi todos de los primeros y muchos de los últimos eran católicos romanos, levantando sospechas sobre si serían leales a la forma democrática republicana de nuestro gobierno.  Esto llevó al crecimiento de partidos políticos nativistas, entre ellos los llamados “No saben nada” (“Know Nothings”), que querían hacer más difícil el proceso de los inmigrantes de convertirse en ciudadanos y de poder votar, y también excluir las personas nacidas en el extranjero de ocupar cualquier cargo público.  [Curiosamente, exactamente 100 años después de la elección de Lincoln como Presidente, el bisnieto de ocho de estos inmigrantes irlandeses se convertiría en nuestro primer presidente católico.]

Joshua Speed, un buen amigo de Lincoln, le escribió en 1855 para preguntar si se había unido al ala de los “No saben nada”, como habían hecho algunos de sus aliados políticos.  Lincoln respondió lo siguiente: “No soy un ‘No sé nada’.  Esto es cierto.  ¿Cómo podría serlo?  ¿Cómo puede alguien que aborrece la opresión de los negros, estar a favor de degradar a clases de gente blanca?  Me parece que nuestro progreso en la degeneración es bastante rápido.  Como nación, comenzamos declarando que ‘todos los hombres son creados iguales’.  Ahora prácticamente la leemos ‘todos los hombres son creados iguales, excepto los negros’.  Cuando los ‘No saben nada’ obtengan el control, se leerá ‘todos los hombres son creados iguales, excepto los negros y los extranjeros y los católicos’.  Cuando se llegue a esto preferiría emigrar a algún país donde no hacen ninguna pretensión de amar la libertad: a Rusia, por ejemplo, donde el despotismo se puede tomar puro, y sin la aleación base de la hipocresía.”

Luego, cuando Lincoln hizo campaña contra Stephen Douglas para el Senado de los Estados Unidos en 1858, ambos de ellos hablaron en Chicago poco después de la fiesta del cuatro de julio.  Tomando nota de que alrededor de la mitad de nuestra población había venido de Europa ellos mismos o eran descendientes de personas que habían llegado después de la fundación de nuestro país, Lincoln dijo que estas personas no debían sentirse menos una parte de nuestro país que los descendientes de personas presentes en su fundación.  “Cuando revisan esa vieja Declaración de la Independencia hallan que esos ancianos dicen que ‘Sostenemos que estas verdades son evidentes, que todos los hombres son creados iguales’, y luego se sienten que ese sentimiento moral enseñado en ese día pone en evidencia su relación con aquellos hombres, que es el padre de todo principio moral en ellos, y que tienen el derecho a reclamarlo como si fueran sangre de la sangre, y carne de los hombres que escribieron esa Declaración, y así lo son.  Ese es el cable eléctrico en esa Declaración que une juntos los corazones de hombres patrióticos y amantes de la libertad, que unirá esos corazones patrióticos en tanto que exista el amor de la libertad en las mentes de hombres por todo el mundo.”

Las acciones de Lincoln respaldan sus palabras.  Muchos inmigrantes alemanes se habían trasladado a Illinois, y estaban atraídos naturalmente al recién creado Partido Republicano debido a la oposición de este partido a la extensión de la esclavitud.  Lincoln cortejó su voto, e incluso compró un periódico de lengua alemana para asegurar que su mensaje llegara a este electorado vital.

Como presidente, Lincoln abogó por el reclutamiento de sacerdotes católicos – y más tarde, de rabinos judíos – para servir como capellanes.  Además, en su mensaje anual al Congreso en diciembre de 1863, pidió a ese órgano a considerar de nuevo “la conveniencia de establecer un sistema para el fomento de la inmigración” dada la creciente demanda de trabajadores en nuestro país cada vez más extendido, junto con el hecho de que “decenas de miles de personas, carentes de una ocupación remunerada, se están agolpando en nuestros consulados extranjeros, y ofreciendo a emigrar a los Estados Unidos si una ayuda esencial, pero muy barata, puede ser otorgada a ellas.  Es fácil ver que, bajo la fuerte disciplina de la guerra civil, la nación está empezando una nueva vida.”  El Congreso respondió aprobando una ley para fomentar la inmigración el siguiente 4 de julio y asignó $25.000 a ese fin.

Ese mismo verano, el Partido Republicano (Unión Nacional) nombró a Lincoln de nuevo a la Presidencia e incluyó en su plataforma una resolución “que la inmigración extranjera, que en el pasado ha contribuido tanto a la riqueza, al desarrollo de recursos y al aumento de poder de esta nación, el asilo de los oprimidos de todas las naciones, debe ser fomentada y alentada por una política liberal y justa”.

La nueva ley aparentemente fue exitosa, porque en otoño, la proclamación de acción de gracias de Lincoln contó el aumento de población debido a la inmigración como una de las bendiciones de Dios del año anterior.  Sin embargo, pronto surgió un nuevo problema: fraudes perpetrados contra los inmigrantes en su viaje y asentamiento aquí.  Lincoln no permitiría nada de eso, y pidió en su próximo mensaje anual (diciembre de 1864) que la ley fuera enmendada para proporcionar las protecciones necesarias de parte del gobierno nacional.  También quiso dejar claro que los nuevos inmigrantes no serían sometidos involuntariamente al servicio militar.

Todo esto no quiere decir que Lincoln favorecería necesariamente cada propuesta pro inmigración que ha sido sugerida en nuestros días.  El contexto y los temas son completamente diferentes.  Pero creo que nos da una idea acertada de lo que sería la actitud general de Lincoln hacia los inmigrantes y refugiados, incluso hacia aquellos que son diferentes de la mayoría de la población en cuanto a su origen étnico o su religión.  Como su socio de ley y amigo Billy Herndon testificó, Lincoln “no tenía prejuicios contra cualquier clase… tolerando – como yo nunca podía – incluso los irlandeses”, a pesar de que estos no eran nada queridos por mucha gente y votaron abrumadoramente por el Partido Demócrata y por lo tanto contra Lincoln.

LinkedIn-LogoSquareKevin J. Wood

el 26 de septiembre de 2015